Mallorca no sólo atrae a los amantes de la playa y a los buitres de la cultura, sino también a los barcos más deslumbrantes del mundo. Desde el miércoles (6 de noviembre), el "Perla Negra", uno de los superyates más modernos e impresionantes del mundo, está amarrado frente al puerto de Portixol. Esta obra maestra de 106 metros de eslora procede del puerto montenegrino de Tivat, y no es la primera vez. Cualquiera que lo vea se da cuenta rápidamente de que no se trata sólo de glamour, sino de hacer una declaración.
Un gigante que arrastra un legado
El "Perla Negra" es cualquier cosa menos un yate de lujo corriente. Es un testamento flotante de ambición técnica, diseñado por el oligarca ruso Oleg Burlakov. Burlakov, que marcó el rumbo hasta su muerte en 2021, invirtió años y corazón para crear un barco capaz de hacer algo más que presumir. La obra maestra tardó desde 2010 hasta 2018 en ver la luz. Una mirada basta para comprenderlo: Alguien quería algo más que un palacio sobre el agua.
Navegar con cerebro: El híbrido se une a la alta tecnología
El "Perla Negra" destaca, y no sólo por sus tres mástiles que se elevan hacia el cielo como atalayas futuristas. Su propulsión híbrida demuestra que el lujo y la conciencia medioambiental no tienen por qué ser sólo promesas vacías. Cuando el viento sopla las velas, las hélices giran hacia atrás y producen electricidad. Los 2.900 metros cuadrados de superficie vélica hacen teóricamente posible cruzar el Atlántico sin quemar una sola gota de combustible. Una visión que parece casi surrealista a la vista del debate sobre el clima, pero ése es precisamente su atractivo.
El lujo del detalle
En su interior, el "Perla Negra" es un poema de madera de teca, superficies relucientes y esplendor oculto. Una piscina, un club de playa privado, un gran gimnasio: todo lo que su corazón desee. Y luego están las anécdotas que se cuentan: un piano que perteneció a Napoleón Bonaparte, una bodega para 4.000 botellas de vino fino. Sí, aquí es donde un toque de historia se encuentra con el sabor de un hombre que sabía mover los hilos.
Por qué todas las miradas están puestas en la "Perla Negra
Mallorca sabe de yates. Pero cuando la "Perla Negra" descansa en el puerto, incluso el huésped isleño bañado por el sol se queda boquiabierto. No son sólo los mástiles de 70 metros de altura o el mero tamaño, es el conocimiento de lo que representa. En un momento en que la protección del clima está en boca de todos, este yate es como un dedo flotante que señala: miren, hay otro camino.
Un legado en alta mar
Puede que Oleg Burlakov haya muerto en 2021, pero el "Perla Negra" sigue siendo testigo de sus ideas, de su impulso por hacer posible lo imposible. El yate, que ahora pertenece a sus descendientes, sigue siendo un símbolo de la elegancia y la tecnología que van de la mano. Cualquiera que tenga la suerte de verlo en la bahía de Palma no sólo vislumbrará un barco, sino el futuro de la náutica - y quizás un momento de esperanza de que incluso en el lujo hay lugar para el progreso.
0 comentarios