Fue un breve placer: Condor cancela la conexión con Mallorca desde Rostock-Laage del programa de vuelos de verano de 2025, a pesar de que la ruta no se introdujo hasta 2024, llena de esperanzas de llevar directamente al paraíso a los alemanes del norte que buscaban el sol. Pero ahora la aerolínea se echa atrás. La baja utilización de la capacidad y el aumento de los costes de localización han puesto fin al sueño de un vuelo directo.
Un aeropuerto sin alas
Rostock-Laage, con su espaciosa terminal de pasajeros y sus infraestructuras de última generación, sigue sin alcanzar su potencial. Mientras otros aeropuertos crecen, aquí las cosas están estancadas. El funcionamiento de dos mostradores de facturación cuando nadie factura parece una tragedia anunciada.
La decisión de Condor pone de manifiesto los retos a los que se enfrentan muchos aeropuertos regionales en Alemania. El aumento de las tasas y los impuestos está haciendo que la explotación de las pequeñas localidades sea cada vez menos rentable. "Los vuelos dentro de Alemania y desde aeropuertos pequeños son casi imposibles de operar económicamente", explicó el director general de Condor, Jens Bischof. Un golpe de timón a los políticos que aumentan la presión con medidas de protección del clima e impuestos a la aviación.
Mallorca sigue siendo un destino de ensueño - sólo que más difícil de alcanzar
La isla favorita de los alemanes no es el problema: seguirá siendo el destino más popular en la programación de vuelos de verano en 2025. Condor seguirá volando de Berlín y Hamburgo a Palma, incluso con mayor frecuencia. Pero para las auroras boreales que prefieren despegar del aeropuerto regional, las cosas se están poniendo incómodas. ¿La alternativa? Viajes kilométricos en coche a los principales centros de operaciones - irónicamente, apenas un beneficio para la huella de carbono.
Un espejo para la industria
No sólo Rostock-Laage tiene problemas. Condor también ha cancelado 1.000 conexiones en Hamburgo. Ryanair se está retirando por completo de varios aeropuertos alemanes como Dortmund y Leipzig. No sólo los costes de localización tienen la culpa, sino también una política de aviación cada vez más regulada. Los aeropuertos pequeños luchan por sobrevivir, mientras que Mallorca sigue manteniendo su posición de liderazgo como destino vacacional.
¿Un futuro sin aeropuertos regionales?
El caso de Rostock-Laage demuestra que los aeropuertos regionales lo están pasando peor que nunca. Los políticos quieren reducir los vuelos dentro de Alemania, las grandes compañías aéreas como Condor y Ryanair se retiran, ¿y los viajeros? Tienen que dar rodeos para llegar a sus destinos soñados, como Mallorca.
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