A primera vista, el otoño en Mallorca puede parecer de un verde exuberante, pero una mirada más atenta a los olivos revela que falta algo: el fruto. Donde el año pasado todavía había largas colas de coches delante de los tafones, los molinos de aceite de la isla, hoy hay un vacío bostezante. El elixir dorado de Mallorca, el aceite de oliva, parece difícil de cosechar este año. Y la crisis está golpeando duramente a la isla.
Una drástica caída en el horizonte
Aún no hay cifras oficiales, pero las voces de las almazaras son inconfundibles. "Los olivareros solían venir con unos 500 kilos, ahora apenas traen más de 100 kilos", explica un portavoz de Tafona Son Pujol en Santa Margalida. En algunas zonas, el descenso supera el 60%. Una cifra que se cierne sobre el patrimonio agrícola de la isla como una nube negra.
¿Responsables? La sequía - y un pequeño oponente
Aunque el verano en Mallorca volvió a batir récords con la falta de precipitaciones, la sequía hizo mucho más que secar el suelo. Proporcionó el caldo de cultivo perfecto para la mosca del olivo, ese enemigo discreto pero tanto más destructivo para los olivicultores. "La mosca planta sus larvas en la carne del fruto y destruye la aceituna de dentro a fuera", se queja Juan Bernat, un agricultor de Caimari, el municipio que en realidad es conocido por sus frondosos olivares.
El aceite de oliva sigue siendo un bien de lujo
Para los consumidores, esto significa que los precios del auténtico aceite de oliva mallorquín seguirán subiendo. Ya se considera uno de los aceites de oliva más caros de España, un producto para entendidos y aficionados. En el futuro, será aún más raro y exclusivo en los estantes de los supermercados.
España: Puntos brillantes a pesar de los años de crisis
Pero la tragedia no es nacional: tras dos años desastrosos, la producción de aceite de oliva en España ha aumentado un 48% hasta alcanzar los 1,26 millones de toneladas. Esta cifra parece impresionante, pero sigue estando por debajo de la media quinquenal de 1,44 millones de toneladas. Las reservas están casi agotadas, por lo que una caída drástica de los precios queda descartada.
Una isla lucha por su patrimonio
Los olivares de Mallorca son algo más que tierra agrícola: son el corazón de la isla. "Los árboles cuentan las historias de generaciones", dice Bernat. Pero estas historias corren el peligro de ser silenciadas por el cambio climático y las condiciones cambiantes. Lo que queda es una llamada al apoyo, ya sea a través de una agricultura innovadora o de medidas específicas contra las plagas y las condiciones climáticas extremas.
Un otoño agridulce
Este otoño será recordado por muchos mallorquines, no por el olor a aceitunas recién prensadas, sino por las mesas vacías y la pregunta de cuánto tiempo podrá la isla conservar sus tradiciones. Pero en medio de todo el pesimismo, queda una chispa de esperanza. Quizás las pocas gotas de aceite de este año sean más preciosas que nunca - no sólo para el paladar, sino también para el alma.
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