España es uno de los destinos turísticos más populares del mundo y la industria turística representa una parte importante de la economía. Así que no es de extrañar que una nueva ley de registro de turistas, que entrará en vigor el 2 de diciembre de 2024, esté causando bastante revuelo. Sin embargo, tras una reunión con representantes del sector y el Ministerio del Interior español, se ha dado el visto bueno, al menos en parte: los hoteleros y proveedores de viajes no tendrán que solicitar más datos de los clientes que antes, según informa la prensa española.
Preocupación por la avalancha de datos
Hubo mucho revuelo cuando las organizaciones empresariales temieron que la nueva ley exigiera una auténtica avalancha de datos adicionales. En particular, la preocupación por tener que solicitar a los viajeros sus números de teléfono, direcciones de correo electrónico e incluso sus relaciones familiares tenía al sector alborotado. La perspectiva de convertirse en la "policía turística" no sentó bien a muchos proveedores. Pero ahora una cosa es segura: el nombre, el pasaporte o el número de DNI del huésped seguirán siendo suficientes en el futuro; podría decirse que todo sigue igual.
¿Qué hay detrás?
El controvertido "Decreto Marlaska" - llamado así por el Ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska - tiene en realidad un objetivo: mejorar la seguridad pública. Y sí, eso suena sensato en un principio. Sin embargo, es la interconexión de los datos de los turistas con las bases de datos policiales lo que está causando malestar. Especialmente en el contexto de la prevención del terrorismo y la delincuencia organizada. En un país que depende tanto del turismo como España -en Mallorca y las Islas Baleares, por ejemplo, este sector constituye 35% de la producción económica Un proyecto así, naturalmente, hace olas.
Un auge de visitantes
Es obvio que el turismo en España es un tema delicado. El número de visitantes se está disparando. Sólo en los ocho primeros meses de este año 64,3 millones huéspedes al país. Mallorca y las Islas Baleares se encuentran entre los destinos más populares, y la tendencia sigue creciendo. La cuestión de cómo armonizar los requisitos de seguridad con las necesidades de la industria turística sigue siendo apasionante.
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