Parece un enemigo silencioso, pero sus daños lo dicen todo: el trips de los cítricos (Scirtothrips aurantii), una plaga procedente del sur de África, se está extendiendo actualmente por el famoso valle de los naranjos de Mallorca. La Consejería de Agricultura balear ha confirmado las primeras infestaciones en los municipios de Sóller y Fornalutx. Lo que sigue no es sólo un ataque a los cítricos de la isla, sino a la identidad de una de sus regiones más simbólicas.
Pequeñas plagas, grandes daños
Cuando piensa en trips, probablemente piensa en insectos diminutos que apenas parecen dignos de atención. Pero el trips de los cítricos es un maestro de la adaptación y la reproducción, y sus víctimas son habitantes destacados de la isla: naranjos, limoneros y mandarinos. Los mangos, los aguacates y las plantas ornamentales tampoco se libran. Los daños son visibles en las hojas jóvenes y en los frutos, que cicatrizan y se deforman. Para el comercio, esto significa menores rendimientos, menor calidad y costes más elevados.
Sóller en el punto de mira: primeras parcelas en cuarentena
Los primeros casos se registraron en octubre. Un agricultor de Sóller había observado daños inusuales en sus naranjos. Lo que en un principio parecía un fenómeno local pronto se convirtió en un grave problema. Actualmente se consideran infestadas ocho parcelas en Sóller y dos más en Fornalutx. Las autoridades reaccionaron con prontitud y establecieron una zona tampón de 100 metros alrededor de las zonas afectadas. Con trampas adhesivas, inspecciones regulares y pesticidas se pretende contener la propagación de la plaga. Pero los retos son grandes.
Ayuda de la ciencia - ¿pero es suficiente?
Los análisis moleculares identificaron claramente la plaga como Scirtothrips aurantii. Desde entonces, se han puesto en marcha medidas de contención. Sin embargo, los expertos advierten de que la lucha es una carrera contrarreloj. El trips de los cítricos prospera especialmente bien en las temperaturas más cálidas provocadas por el cambio climático. Las explotaciones agrícolas de Mallorca se enfrentan a una doble amenaza: el cambio climático y las especies introducidas que se están adaptando a un ritmo alarmante.
Los ciudadanos como guardianes de la naturaleza
El Ministerio de Agricultura ha tomado una medida inusual pero necesaria: Se ha hecho un llamamiento a los agricultores y a los ciudadanos para que informen de los casos sospechosos. Ya se trate de daños sospechosos en las plantas o de avistamientos de la plaga, cualquier información cuenta. El objetivo es claro: detener la propagación antes de que sea demasiado tarde. Sin embargo, como suele ocurrir con este tipo de llamamientos, queda la duda de si el compromiso es suficiente para combatir la superioridad de la naturaleza.
¿Podrá Sóller salvar su valle naranja?
¿Sóller sin naranjas? Impensable. Pero este escenario podría estar más cerca de lo que muchos creen. Lo que queda es la esperanza de que las medidas funcionen y de que el gobierno de la isla haya aprendido de los errores del pasado. Después de todo, el trips de los cítricos es algo más que una plaga: es una advertencia de lo vulnerable que es el equilibrio entre el hombre y la naturaleza.
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