Ese aroma está de nuevo en el aire: el olor de las uvas madurando al sol y la promesa de un año vinícola excepcional. La vendimia ha comenzado en Mallorca y los viticultores de la isla esperan la cosecha de 2024 con una sonrisa de satisfacción. "Menos es más", dice Pere Crespí de la Bodega Son Crespí en Santa Maria del Camí. Alude a la sequía de los últimos meses, que ha dado lugar a uvas más pequeñas, pero que promete sabores más intensos, sobre todo para el vino tinto.
Calidad antes que cantidad
El hecho de que haya menos uvas no molesta a nadie aquí. Al contrario, los viticultores se muestran relajados ante el 20% menos de rendimiento. "Muchas bodegas aún tienen vino de años anteriores", explica Magdalena Mesquida, presidenta de la asociación Vi de la Terra Mallorcay ve la menor cosecha más como una ventaja. Al fin y al cabo, hay que vaciar las bodegas y los nuevos vinos pueden madurar tranquilamente. También está segura: "Este será un buen año para el vino tinto".
Las uvas son más pequeñas, más concentradas, casi como si hubieran puesto toda su energía en estas pocas bayas. Y eso, queridos lectores, significa una cosa: el sabor es más intenso. Un poco menos de rendimiento, pero más calidad en la copa. Ya podemos esperar con impaciencia la añada 2024.
Desafíos planteados por el cambio climático
Pero no todo es tan relajado como parece. "El cambio climático nos está causando problemas", admite Mesquida. Las fuertes lluvias, que pueden verter cientos de litros de agua sobre los viñedos en pocas horas, son un peligro real. ¿La solución? Hacer zanjas entre las viñas para drenar el agua más rápidamente. Así de sencillo... o no.
Mallorca sigue siendo una isla de vinos
A pesar de todos los retos, la viticultura está creciendo en la isla. Los viñedos de Vi de la Terra Mallorca han crecido hasta un diez por ciento este año, y a mediados de agosto ya se habían recogido 900 toneladas de uva, alrededor de una quinta parte de la cosecha prevista. Las regiones con denominación de origen también Binissalem y Pla de Llevant ya han comenzado su vendimia, y Antoni Bennàssar, presidente de la D.O. Binissalem, está encantado con la lluvia caída en agosto: "El suelo necesitaba desesperadamente el agua y nos hemos librado del granizo, ¡todo un golpe de suerte!"
La añada 2024: una promesa
Al final, es lo de siempre: la naturaleza da y los viticultores toman lo que les toca. Pero una cosa es segura: la añada 2024 podría ser inolvidable para los amantes del vino tinto. Uvas más pequeñas pero grandes sabores: ése es el secreto de este año. Una buena razón para empezar a esperar con impaciencia la próxima copa de vino tinto mallorquín.
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