Almendros en flor para la eternidad
Verónica Benito lleva gorro, guantes y bata de laboratorio en el trabajo. Está de pie en el laboratorio y manipula pequeños y delgados frascos de cristal en una mesa blanca frente a ella. Junto a ellos, sobre una placa de cristal, hay flores húmedas de color claro.
Con los dedos, coloca ahora una flor en cada cuello abierto de la botella, extiende con cuidado los cinco pétalos y luego presiona suavemente la flor dentro de la botella utilizando un palo de plástico largo y romo.
En cuanto se sumergen en el líquido transparente, se despliegan, parecen infinitamente delicados y encantan. "Cada perfume es un saludo de amor elegido a mano", afirma el padre de Verónica, Miguel Ángel Benito.
Esta es la imagen destacada
Flor d'Ametler, flor de almendro, es el nombre del único perfume producido en Mallorca. Su seña de identidad es la auténtica flor que flota en cada frasco. Bernat Vallori tuvo la idea hace más de 70 años. El fundador de la fábrica de perfumes era químico y quería ofrecer a los turistas un recuerdo especial acorde con la imagen de la isla en aquella época.
Mallorca se consideraba un lugar de anhelo para los románticos. Al principio, no eran las playas y el mar los que adornaban los carteles, sino las ramas de almendros en flor. Esta percepción también caracterizó a la pareja principesca Gracia y Rainiero de Mónaco, que pasaron su luna de miel en la isla en 1956. Vallori era sin duda un romántico él mismo, porque, como explica Miguel Ángel, "la idea se le ocurrió mientras paseaba bajo almendros en flor, debieron de embriagarle".
Las abuelas de Vallori fueron sus modelos a seguir. Creaban su propia agua de rosas y azahar. Cada finca solía tener una pequeña destilería. La familia Benito compró la marca a la fundadora hace 40 años. Hoy producen tres perfumes cerca de Palma. Combinan el aroma de la flor de almendro con diferentes fragancias: La fragancia clásica huele dulce y ligera, Fresc (Fresco) tiene una nota cítrica y Desig (Deseo) huele amaderado y aromático.
También hay otra línea de productos que se comercializa bajo la marca Tot Herba: Cosmética natural y aceites esenciales, con aceite de almendras y hierbas de la isla. Para Miguel Ángel Benito es importante que el mayor número posible de ingredientes se cultiven en Mallorca. De acuerdo con su filosofía de vida, dirige la fábrica con energía de sus propios paneles solares, emplea a personas con discapacidad y sólo vende sus productos en la isla. Al ecologista le interesan tan poco las largas rutas de transporte como la producción a gran escala. "Cuando se trata de cantidad, la isla no puede competir con otros", dice, "sólo podemos ganar puntos con la calidad". El amor de Benito por su tierra natal es palpable cuando se visita la pequeña fábrica. "Mallorca tiene más de 100 variedades de almendras", dice, "tenemos que preservar esta riqueza". En la isla, los almendros se consideran una reliquia de
los buenos tiempos, cuando la agricultura aún era rentable. No todas las flores tienen una fragancia intensa; la mayoría de los árboles se plantaron para la producción de almendras, algunos también como fuente de madera. "Cuantas más horas de sol reciben las flores, más dulces huelen", explica Benito, "pero los árboles también necesitan un poco de estrés climático".
Hoy Benito está preocupado por sus almendros
El olor de la isla
Texto: Brigitte Kramer Fotos: Gunnar Knechtel
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